En la cultura mexicana, y más precisamente dentro de los géneros musicales, se expresa el mariachi como una música típica y tradicional del país. Ya desde el siglo XVIII este estilo musical se hace conocer en los pueblos, y hasta el día de hoy continua vigente y con mucha relevancia de tradición.
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El mariachi es una música tradicional y un elemento fundamental de la cultura del pueblo mexicano. Los tradicionales cuentan con dos o más músicos vestidos con indumentaria regional, inspirada en el traje de charro, que interpretan un amplio repertorio de canciones acompañándose con instrumentos de cuerda.
Se requiere de 8 violines, 2 trompetas y al menos una guitarra, junto a las voces que se organizan para cantar, haciendo coros y armonías. A la vez que representan una historia en su canto.
Los estilos que interpretan pueden ser varios: rancheras, baladas, boleros, corridos, joropos, sones, entre otros... y sus letras generalmente apuntan al desamor, traición, muerte, enamoramiento, machismo, y vida de campo.
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Además de todo esto, los músicos mariachis se lucen con sus atuendos característicos: trajes de charros (basados en la vestimenta de un tipo de jinete), y sus sombreros enormes.
El mariachi se extendió y evolucionó a tal punto de que la UNESCO en el año 2011 lo declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial, un merecido reconocimiento.
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El aprendizaje de oído es el principal medio de transmisión de la música mariachi tradicional y las competencias técnicas se transmiten de padres a hijos, y también por intermedio de los espectáculos organizados con motivo de festividades, ya sean religiosas o civiles. La música mariachi transmite valores que fomentan el respeto del patrimonio natural de las regiones mexicana.
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