La Mariposa Monarca es un pequeño y colorido insecto volador que migra desde Estados Unidos y Canadá hacia los bosques del centro de México entre noviembre y marzo, que son los mejores meses para visitar los santuarios michoacanos, ya que, al aumentar la temperatura, las monarcas revolotean en las partes bajas de los bosques y el espectáculo resulta más impresionante.
Te puede interesar: 4 Catedrales más bonitas de México
Desde hace 41 años, ha encontrado un hogar en los bosques del centro de México entre los meses de noviembre y marzo. La Reserva de la Biósfera (que lleva el nombre de este lepidóptero y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) está conformada por más de 16,100 hectáreas que comprenden los municipios de Contepec, Senguío, Angangueo, Ocampo, Zitácuaro y Áporo, en Michoacán; y Temascaltepec, San Felipe del Progreso, Donato Guerra y Villa de Allende, en el Estado de México.
Te puede interesar: Top 10 de las ciudades más hermosas de México
En febrero los primeros rayos de sol, que anuncian la próxima llegada de la primavera, despiertan a las mariposas. Al sentir el calor en sus cuerpos, comienzan a recuperar sus funciones vitales. Es ahí, cuando abandonan los racimos que formaron durante el invierno y empiezan a revolotear, entonces inicia la verdadera magia de la vida.
Este magnífico fenómeno natural -donde millones de mariposas anaranjadas que recorrieron más de 8,000 kilómetros (desde el sur de Canadá y norte de Estados Unidos) cubren los árboles de oyamel, pino y cedro para hibernar.
Después de presenciar un espectáculo que sólo la naturaleza nos puede dar, aprovecha la visita a cualquiera de estos tres lugares parar llevar a cabo otro tipo de actividades, como tirarte de la tirolesa, hacer escalada en muro o caminar por puentes colgantes.
Te puede interesar: Jardín Escultórico Edward James, Las Pozas de Xilitla