Hoy nació mi sobrina. Es hermosa y no puedo esperar a que crezca para enseñarle miles de cosas, pero sobre todo para llevarla de viaje.
Y eso me hizo pensar en todo lo que representaron los viajes en mi infancia. Además se viene el día del niño y por todo eso saqué otro código de descuento, esperando que muchos adultos se animen a regalar un Rasca Mapa a los niños de sus vidas.
Nunca olvidaré esas noches previas, cuando mi mamá nos ponía a empacar la maleta. Debíamos elegir la ropa adecuada y las mudas suficientes y ella casi nunca nos ayudaba, para que aprendiéramos.
Mi papá sacaba la Guía Roji y se ponía a estudiar la carretera (no, aún no existía Waze). Preparaba los discos de vallenato colombiano y nos íbamos a descansar temprano, para tener energías.
Al otro día ya estábamos montados desde las 5 de la mañana, listos para emprender otro viaje. Un licuado y un sándwich eran suficientes para el primer tercio del recorrido.
Mis hermanos pequeños y yo íbamos en la parte de atrás, a veces dormidos y a veces despiertos, pero siempre al tanto del camino.
Y es que las carreteras mexicanas son el ejemplo perfecto de la biodiversidad en nuestro país. Desde los tramos con niebla, pasando por el clima tropical hasta los cientos de kilómetros en medio del desierto. Siempre hay algo qué ver a los lados.
Nunca nos aburríamos, aunque fueran 17 horas en el auto, como cuando nos aventuramos hasta Campeche desde Cuautitlán Izcalli. Las paradas en la carretera para comer quesadillas o echarnos otro lunch eran suficientes para seguir aguantando.
Viajar de niño alrededor de gran parte de México logró convencerme de que ése es el gran destino de la humanidad: ir a conocer el mundo, la tierra, el océano, las montañas, las cuevas, las grutas y hasta las estrellas.
¡Y no me pongas de pretexto el dinero! Siempre, siempre hay para viajar. Mis papás no comenzaron en un carro. Nos subían al camión y ahí sí no había ni paradas para galletas. Era aguantar el viajesote. Pero valía cada maldito segundo.
Gracias a eso, durante mi adultez de 25 años he gastado hasta el último centavo de mi dinero en viajar para empaparme de culturas, comida, climas y personas de todo el mundo. Y todo el esfuerzo ha sido recompensado.
(Ése soy yo)
Hoy que está de moda ser viajero, aprovechemos para tomar de la mano a nuestros niños y llevarlos a rascar todos los mapas que se encuentren. Ayudemos a que cuando duerman, puedan soñar con lugares que en efecto ya visitaron. Seamos los parteaguas de un futuro divertido y emocionante, que seguro nunca podrán olvidar.
En Rasca Mapas animamos muchísimo a que los padres viajen con sus hijos. Por eso creamos el código DIADELNIÑO que te dará 15% de descuento en cualquier mapa. Sólo da clic aquí o en el botón verde de abajo y úsalo en tu compra 🗺️